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Las oscuridades de la nacionalidad canaria

Por Antonio Coll

 

Si hay una región o comunidad autónoma, de las 17 que componen el Reino de España, que necesita potenciar su nacionalidad, sobre todo por su singularidad geográfica y poseer un autogobierno cuasi estatal, es Canarias. Es obvio, al tratarse de un artículo de opinión, con el espacio reducido, hacer un tratado de historia de lo que fue y es Canarias es tarea utópica. Tampoco es mi intención desentrañar, en el sentido amplio, las luces y sombras de un archipiélago ultraperiférico que lleva muchos años reivindicando su autenticidad, después de más de 500 años de la conquista de las islas. En estos días se celebra el Debate de la Nacionalidad Canaria que, en mi opinión, es bueno que cada cierto tiempo se celebre, aunque, siempre al final, el resultado es el mismo “cuento de hadas”, sin mucha efectividad para los destinos de la gente que vive en las islas. Es cierto que, en dichas sesiones,  se expone, generalmente,  la historia real de los problemas que acarrean al archipiélago, pero esa óptica de transparencia, una vez finalizado el debate, se ubica en el “baúl de los recuerdos” y hasta el próximo debate. Pero el problema de fondo, el hecho singular canario, su lejanía y sus fueros históricos hay que debatirlos en Madrid, en Las Cortes Españolas y que se plasme en la Constitución. Aún se está pendiente del nuevo Régimen Económico Fiscal, pero es imprescindible que quede blindado porque, en la última década,  han sido muchos los atropellos cometidos contra el actual, que ha convertido a Canarias, como la comunidad con el índice de desempleados más alto de todo el EstadoEspañol.

 

Esta es la realidad que no quiere ver Madrid, con la complicidad de políticas de camarillas, practicadas por muchos de nuestros representantes políticos, pertenecientes a partidos de ámbito español. Son muchos los costes que tienen que aportar los residentes canarios por la lejanía e insularidad. Madrid no cumple y se demuestra que las partidas presupuestada para servicios públicos e inversiones, no llega ni a la media que reciben el resto de las comunidades autónomas. La llamadaAgenda Canaria, es un problema abierto y si el Estado Español sigue practicando sus políticas “colonialistas”, como ocurrió en el pasado con otros territorios de ultramar, hoy independientes,  puede arriesgarse a que la integridad territorial, de su última “colonia” ultraperiférica, inicie un proceso de conflictos sociales, porque la espiral de la pobreza y del “subdesarrollo” irá aumentado con imprevisibles resultados. Yo reconozco que el actual nacionalismo canario es débil y bastante inestable, por influencias mediáticas exteriores, pero ello no significa que no pueda despertarse y más si las  necesidades básicas, de una buena parte de su población, no son atendidas. Los cambios estructurales que necesita Canarias son profundos y con esto no quiero ser catastrofistas ni aventurarme a que los canarios empiecen a alzar su voz para el derecho de autodeterminación. Pero si digo que si un pueblo, o buena parte de él, no puede vivir con mínima dignidad, para qué sirve pertenecer a un Estado que no se preocupa de los problemas de sus propios ciudadanos.

 

 

Corresponde al actual Gobierno de Canarias y al mismo Parlamento, resolver con el Estado Español todos los retos marcados en la agenda canaria, desde hace más de una década,  y que no se han cumplidos o han sido vulnerados. Se exige a nuestros gobernantes canarios ser críticos y mantener una discusión abierta para que se nos escuche y se blinde su REF, la financiación autonómica, los planes de infraestructuras, la educación, la sanidad y las políticas sociales, entre otras cuestiones importantes, con el fin de crecer  y crear empleo estable y duradero. Espero que el Debate de la Nacionalidad Canaria haya servido, al menos, para tomar conciencia de que vivimos un episodio complicado, desorientado  y confuso. Por eso se exige a todos  nuestros políticos que se centren en buscar soluciones para nuestra gente y eviten enfrentamientos inútiles y electorales que solo sirven para  ofrecer más oscuridad al futuro de Canarias. 

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