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Isla “judicializada”, ganancias de unos pocos

Por Antonio Coll

 

 

La polémica suscitada por los honorarios que reciben determinados letrados, de las dos principales instituciones de la isla –Cabildo de Lanzarote y Ayuntamiento de Arrecife- , tiene ingredientes complejos que se han de analizar de forma comedida, y, sobre todo, valorar y analizar las principales premisas de fondo. Si bien las altas partidas económicas, desembolsadas a los distintos abogados que han defendido pleitos jurídicos a las citadas corporaciones, tienen su importancia, hay otros aspectos más relevantes que se ha de tener en cuenta. En principio, habría que analizar quien o quienes crean el caldo de cultivo para que la isla de Lanzarote, en los últimos ocho o diez años, se haya judicializado, circunstancia que ha generado demasiadas reclamaciones y querellas judiciales, que a su vez ha tenido un efecto negativo en las instituciones públicas que, en ese panorama hostil, se han visto imposibilitadas de aprobar diferentes planes de ordenamiento territorial y urbano. Y aquí, a mi manera de ver, ha estado el quid de la cuestión. El sumo interés de determinados grupos, en la órbita política del PSOE, de impedir que se aprobara los necesarios planeamientos insular, urbano de Arrecife y la modificación puntual del Plan Especial de la Geria, han sido los detonantes para abocar a la isla en un callejón sin salida. Naturalmente, este panorama no hubiese sido posible sin la complicidad de los gobernantes en el Cabildo y Ayuntamiento de Arrecife. Cuando al entonces alcalde de Arrecife, Pérez Parrilla, se le advirtió de las consecuencias catastróficas si no aprobaba, definitivamente, el Plan General Urbano, redactado con el grupo de gobierno municipal, dirigido por Maria Isabel Déniz, la respuesta del primer edil fue que eran directrices del partido y del PIL, Entonces, el secretario general de los socialistas era el abogado Manuel Fajardo Palarea y, posteriormente, Carlos Espino. Y como presidenta del Cabildo, también la socialista, Manuela Armas. Desde el 2008, se fue articulando una trama de poder, en todos sus ámbitos, con el objetivo de obtener un control absoluto de todas las actuaciones urbanística y territorial de la isla. El lema principal para posicionarse, con buena fachada, ante la opinión pública, era ofrecer la apariencia de ser defensores y conservadores del territorio y medio ambiente. El proyecto funcionó pero como “negocio” para unos pocos.

 

Puesta en escena de Pedro San Ginés

La puesta en escena de Pedro San Ginés, como presidente del gobierno insular, supuso un fuerte quebranto para las aspiraciones “mercantilistas” y de otras índoles para los actores principales de lo que se ha denominado “lobby verde”. En esta nueva época, el enemigo a batir es San Ginés. La historia ya es conocida por todos. El PSOE firma el pacto con CC en el Cabildo, pero, hasta ahora, sus consejeros, renuncian a tomar posición, con el beneplácito de su secretaria general insular y del propio secretario general de Canarias, José Miguel Pérez, en contra, incluso, de los intereses políticos de la vicepresidenta del Gobierno de Canarias, Begoña Hernández, desorientada ante tanta imposiciones de parte de la cúpula de su partido.

Toda esta simulación y ficción, ha originado mucha parálisis en el Cabildo y el propio Ayuntamiento de Arrecife. Y la inestabilidad, en ambas instituciones, puede ir creciendo, porque la disculpa fingida del caso del funcionario de la Oficina Técnica, entra en el guión, solo para ganar tiempo y crear un clima confuso y camuflado de buenas intenciones. Poco importa los intereses generales de Lanzarote. Poco importa el territorio y el medio ambiente. Lo que les importa son los “dividendos” y seguir persiguiendo a determinados empresarios lanzaroteños, que su “grave pecado” ha sido invertir en la isla, con obras modélicas, y crear puestos de trabajo.

Entretenerse en los honorarios que reciben un letrado o un despacho de abogados, de las arcas públicas, y no plasmar la realidad de fondo, es desviar la atención.

Los síntomas de agotamientos, en una buena parte de la sociedad civil, están prevaleciendo y se teme que la isla entre de nuevo en una espiral de enfrentamientos e inestabilidades, que no es nada bueno para la gobernación y para salir de un atolladero provocado, por los mismos de siempre, que no quieren renunciar a sus privilegios. Corresponde a los socialistas elegidos definir su posición y dar respuesta una tórrida situación que solo está perjudicando los intereses de todos los pobladores de Lanzarote. Porque no son casos aislados que han aparecido ahora. La mayoría de los socialistas saben, perfectamente, que entramados que gira en su órbita, desde hace tiempo, dañan, profundamente, el sistema institucional y origina solo parálisis e indignación. Ellos sabrán si desean salir de esos comportamientos claroscuros y falta de rigor.  

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