Desmontar mitos y vivir la realidad
Por Antonio Coll
El amigo Francisco Pomares tiene razón cuando expresa que vivimos: “un tiempo proclive al caos” y si los propios partidos constitucionalistas no lo remedian, contemplaremos un tiempo de “agitación, indefinición, conflictos y pérdida de credibilidad de la política”. Si bien ser refiere a “Podemos” que lo cita en su artículo, a mí me gustaría ampliar las reflexiones. Independientemente de las formas y maneras de la citada marca, identificada como un conglomerado de partidos, con perfil “populista”, que quiere dar el “asalto al poder”, a toda costa, no significa que no pueda aspirar a ello, porque similares actitudes ofrecen la mayoría de los partidos electos. Si es cierto que su estrategia, para acaparar votos, se ha basado en presentar, de forma repetitiva, un panorama bastante irreal del Estado Español.
Los mitos de la desigualdad, de los ricos y de la corrupción política, han sido los mensajes más usados. Pero, un reciente estudio del Instituto Juan de Mariana (IJM) confirma todo lo contrario: “España es uno de los países europeos más igualitarios en materia de riqueza y consumo”. Según las evidencias disponibles, “España se halla entre las sociedades más igualitarias del mundo”. En este aspecto, le sigue Bélgica e Italia. Por el contrario, afirma el estudio que los países europeos con mayor desigualdad en la riqueza son Dinamarca, Suecia, Austria y Alemania. Desmontar mitos, cuando los mismos se repiten una y otras vez, por voces políticas interesadas, es muy complicado y mucha gente no tiene la capacidad ni la información necesaria para evitar ser manipulada. Los líderes populistas generalmente explotan el sentimiento contra los ricos, con el objetivo de llegar al poder y enriquecerse ellos mismos. Dice el periodista Fernando Herrera, que poco les importa “llevar al pueblo a la ruina completa”. Si ellos se benefician. En cuanto a la “corrupción política”, hace más estragos en sistemas totalitarios, donde la judicatura es solo una “jarrón chino”.
Analizando un poco la memoria histórica, y si nos remontamos al régimen que existía en España en 1939, derrotado por un golpe de estado militar, según escribe el periodista y escritor Pio Moa, no tenía nada que ver con la Constitución republicana de 1931. Escribe el historiador que: “En esa época no regía ningún sistema democrático, sus fuerzas determinantes eran unas izquierdas revolucionarias y entre ellas mismas menudearon sangrientas persecuciones sin apoyo en ninguna legalidad, mientras que la población de derecha estaba radicalmente excluida y perseguida”. ¿Puede el Reino de España actual correr ese riesgo si los llamados populistas con el apoyo de un sector del socialismo radical, llegan al poder? ¿Está en sus objetivos desbancar a la monarquía parlamentaria y a la propia Constitución del 78, que nos ha hecho más libre y nos ha dado tanta prosperidad? ¿Se quiere de nuevo implantar un “Frente Popular” para constituir una “república”? Como bien es sabido, existen repúblicas democráticas parlamentarias, “pero también, tiránicas, totalitarias o mezcla de ellas”.
Mejorar la vida de la gente, sin agitación ni conflictos
Yo no digo que estemos en un país perfecto, pero con todas las lagunas existentes, el sistema actual tiene más de progreso, de justicia y de riqueza que el supuesto “socialismo destructor” que se nos anuncia. Siempre ha ocurrido que los “impostores” aparecen en épocas de una crisis económica. Ese es el temor. Por lo demás, si “Podemos” y sus formaciones satélites se integran en el sistema actual, respetando las reglas y propone alternativas “idealistas” para mejorar la vida de la gente, sin romper la convivencia de los pueblos, sin agitación ni conflictos, me parece legítimo que aspire al poder. Otras tentativas, me parece gravemente peligrosas.
Actualmente, el Reino de España cuenta con uno de los mejores sistemas sanitarios y educativos del mundo, sufragado con dinero público. Cuenta con una Seguridad Social muy proteccionista, destinando más de 8.384 millones de euros mensuales, para pagar las nóminas de los 9.353.988 jubilados y pensionistas. La pensión media de jubilación, en enero, alcanzó los 1033,23 euros, un 2,17 más respecto del mismo periodo del pasado año. Para otras prestaciones, como incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares, se situó en 896,30 euros mensuales. Pero para mantener este “carísimo” sistema hay que incentivar la inversión para impulsar el mercado laboral. Hay que implantar incentivos fiscales, bajar impuestos, eliminar empresas públicas inútiles y reforzar el tejido productivo. Y bajar el déficit público para evitar que las empresas privadas y trabajadores tengan que mantener un “monstruo” de estado a base de más impuestos y austeridad, lo que conllevaría la “ruina” de todos y los más desfavorecidos serían los más perjudicados, al disminuir aún más el poder adquisitivo.
España y Canarias tienen posibilidades potenciales para crear un estado de más bienestar y riqueza. No destruyamos lo que tanto sacrificio ha costado construir esta “Monarquía parlamentaria y federal”, conformada por 17 comunidades autónomas.
Y en Lanzarote, políticamente hablando, todo sigue igual. El “parto” en el Cabildo aún no se ha materializado. Y han pasado ocho meses… ¿El final, será un aborto?