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Cuando lo inesperado deja de serlo

Sara González

 

 

 

 

Nunca me ha llamado la atención leer libros de autoayuda, me parece o los que he encontrado son muy superficiales, o por lo menos es esa la impresión que me han dado hasta ahora al ojear lo expuesto en las contraportadas. Sentía que eran un relato lejano que hablaba desde una realidad paralela, o así lo percibía en ese momento, quizás por no estar preparada o no ser el momento.

 

Lo que sí puedo afirmar es que eso es el pasado. Escuchando una entrevista en televisión me encontré con el apellido Rojas. Unas palabras que me cautivaron despertaron la inquietud en mí de investigar y encontré que un padre, y posteriormente una de sus hijas dedicada al mundo médico y tratando sobre todo temas relacionados con la psiquiatría -en este caso me refiero a Marian- hacen charlas por todo el mundo y escriben libros.

 

He de reconocer que en este momento algo me paralizó por unos segundos, aun así, seguí investigando por esas palabras que despertaron mi inquietud. No puedo explicar si eso que decía me parecía distinto a lo que trataban anteriores autores o si es que yo estaba en un momento más receptivo a este contenido. Lo que sí puedo decir es que continué investigando y me topé con un libro de Marian Rojas en el que te explica cómo gestionar mejor las emociones.

 

Aunque de momento no lo he terminado, quiero disfrutar de su lectura con tranquilidad, reconozco que desde el principio me hace pensar, me supone una especie de reto personal, un juego, buscar si hay vínculo y cuál es, entre las ideas que expone y mi persona.

 

Ejemplo de ello es que entre sus primeras páginas hace referencia a qué es la felicidad. Considero que esta es una de las preguntas más complejas que se le puede hacer al ser humano, siendo incapaces de llegar a una definición, como ocurre cuando nos referimos a mesa o tristeza.

 

La felicidad en sí es un concepto en el que no podemos relacionar de manera directa con algo material o inmaterial. Todos queremos ser felices, pero cuando nos preguntan qué quieres ser de mayor o cómo te ves dentro de 5 años, automáticamente pensamos en muchas cosas, generalmente materiales, y damos por hechos que queremos la felicidad, pero no lo decimos.

 

Al mismo nivel está, cómo te definirías con 3 adjetivos, haciendo referencia a la personalidad, no a cualidades físicas. Son reflexiones profundas e incómodas en las que hay que tomarse tiempo si queremos dar una respuesta sincera, porque tratar estos temas en primera persona no es una tarea sencilla.

 

Desafíos que forman parte de mi presente, que no sé si permanecerán en el futuro, o si volverán las mismas sensaciones que en el pasado, pero de lo que estoy segura de que sacaré algún aprendizaje de ello y sabré responder mejor a esos interrogantes.

 

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