Cáscara de plátano
Por Francisco J. Chavanel
Algunos listos se han aprovechado de la escasa experiencia con los medios de comunicación del nuevo presidente, Fernando Clavijo, para colocarle una piel de plátano resbaladiza y brillante buscando que se caiga a la vista de todos. Aparte de que Clavijo debiera de revisar su política de comunicación, que parece diseñada por su peor enemigo o por alguien con recursos intelectuales limitados, lo cierto es que el objetivo se cumplió: el presidente hizo el primo en la entrevista del domingo en el periódico “El país” dejándose colocar un titular que en realidad era una pregunta trampa del redactor.
Si alguien interroga: “¿Limitará el número de turistas?”, y uno responde: “tenemos que definir nuestro modelo; tendrá que ser con un tope de millones de turistas”, es obvio que te van a crucificar con un titular del tipo: “El presidente de Canarias defiende que hay que limitar el número de turistas en Canarias”, de tal modo que lo que dijiste después, matizando que hay que ser “respetuoso con el medio ambiente”, se oculte debidamente, como si no existiera, porque lo que realmente importa es enfrentarte a los poderosos y numerosos empresarios del sector turístico, que ahora mismo están fumando en pipa preguntándose qué clase de presidente intervencionista les ha tocado, que por si fuera poco quiere erradicar el “todo incluido”, la salvación de muchos propietarios en tiempos de competencia furibunda a principios del nuevo siglo.
O sea: que toda la serenidad y prudencia que Clavijo imprimió en su discurso de toma de posesión, intentando por todos los medios evitar pisar callo alguno aunque el titular era: “Clavijo clama por un cambio en las política económicas”, se ha venido estrepitosamente abajo por una manipulación de libro.
En las horas siguientes a la entrevista en “El país” el presidente de Canarias no ha cesado de apagar fuegos con las respectivas patronales… Explicaciones por todos lados para abortar incomprensiones innecesarias. A todos les ha dicho que no es Ada Colau, que no va a introducir una moratoria sobre la moratoria, que él no es quién para alterar las leyes del mercado, que lo suyo es simplemente una reflexión sobre cómo es posible que el sector clave de la economía canaria no sea capaz de tirar por el empleo. Y que según eso a la conclusión que ha llegado es que hay que intentar que vengan turistas de clase media y huir del de low coast… Ya, pero eso no consta en la entrevista en el periódico nacional.
Lo que sí está en el ambiente es la figura rediviva de Adán Martín y sus obsesiones por los controles del territorio, de la población, y de un Archipiélago planificado desde su despacho. Martín ya lo dijo: tienen que venir menos inmigrantes, los hoteles deben ser construidos a mi manera, y tiene que haber una ley de residencia. Clavijo es Clavijo, efectuó un discurso coherente y distinto como distinta es su manera de entender la política. Empiezan a extraerle el alma. Cuando sea como los demás no valdrá nada. Esta situación, ligera y absurda, debería llevar a la comprensión del presidente que no todos actúan de buena fe como él.