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Ambigüedad calculada

 

Resulta desesperante contemplar la ambigüedad en la que se ha instalado el PSOE de Arrecife en torno al Plan General de la ciudad, parece como si no fuera con ellos. Escuchar a la asesora de la alcaldesa, Cristina Duque, hablando desde el desconocimiento sobre el Plan General de Arrecife, desde el atrevimiento que da la ignorancia sobre ese documento urbanístico, realmente asombra y provoca la hilaridad del personal, quien lógicamente se pregunta ¿en manos de qué aficionados está la capital de Lanzarote, unos diciendo una cosa y otros la contraria? No es el Plan General de Arrecife el plan que posiblemente la ciudad se merezca después de tantos años de parálisis y abandono, sobre todo desde que se cargaron el llamado “Plan de Isabel Déniz” por intereses espurios del promotor que hoy, curiosamente, también se opone al actual plan supletorio, y que siempre ha colocado sus legítimos intereses por encima de los legítimos intereses del resto. Posiblemente Arrecife se merezca un Plan más ambicioso, atrevido que marque época, pero eso es soñar más de la cuenta en estos momentos de mudanzas. Ver recitar a los concejales y asesores nombrados ad hoc del PSOE de Arrecife el manual o argumentario que le ha preparado el asesor real para muchos de la capital, el denostado Carlos Espino, para dinamitar o imposibilitar que salga el Plan de Arrecife, resulta patético. Más chocante (el mundo al revés) es comprobar esa ambigüedad calculada de la que debe ser la principal defensora del Plan. La principal actora política en exigir que la ciudad se pueda desarrollar lo mejor y antes posible, que se genere la economía que permita sacar a la capital del primer puesto del raking de desempleados de Lanzarote, que Arrecife resuelva los graves problemas indemnizatorios por sentencias firmes perdidas en los tribunales contra promotores agraviados... Aspectos beneficiosos que tendrían un planeamiento de la ciudad en vigor. Por el contrario, Eva genera duda de su compromiso con el Plan y, por lo tanto, con la ciudad. No decimos que este contra el Plan decimos que no parece que esté a favor. O que está permitiendo contra su voluntad que otros despachos estén pendiente de pasar el platillo antes de darle el sí definitivo.

 

Eva, la primera interesada

 

La alcaldesa de Arrecife debe ser la primera en querer aprobar el Plan. Y no sólo decirlo con la boca chica sin entusiasmo, sin ganas reales, que da grima verla cuando habla del plan, sin saber muy bien qué decir, como si le fuera ajeno. El alcalde es el que debe pilotar, defender y demostrar de verdad que quiere aprobar un proyecto. Es lógico que Eva de Anta quiera saber de qué va el Plan que desconocía cuando entró hace dos meses a la alcaldía. Es lógico que quiera mejorarlo. Lo que no es lógico es que siendo el mismo documento que lideraba el anterior alcalde, de su propio partido aunque parezca olvidarlo, venga ahora poniendo excusas poco vendibles para que decaiga el documento urbanístico. Malo sería que Eva de Anta se deje gobernar. Malo para ella y peor para la ciudad que lleva desde hace 10 años esperando como agua de mayo un Plan General de Arrecife. Todavía la alcaldesa está a tiempo de demostrar que quiere Plan. Que no está ahí para que otros que han llevado al PSOE de Lanzarote a casi ser un partido testimonial imponga su tesis por intereses espurios de terceros o propios. Y no estaría mal que la ciudadanía de Arrecife se pregunte por qué Playa Honda (donde gobierna el PSOE) cada vez desarrolla más y mejor su zona industrial y comercial mientras el propio PSOE de Arrecife aparenta que no desearía el progreso de la capital. Precisamente, ahora la alcaldesa de San Bartolomé acaba de aprobar la Unidad nº 10 que permitirá que otras grandes superficies se instalen en la isla. Dolores Corujo lo ha tenido claro y quiere convertir a la zona industrial de su municipio en el principal polo de atracción comercial de Lanzarote. Y hace bien Dolores Corujo, sin complejos pueblerinos y en favor de San Bartolomé y de los intereses de la isla. Pero sin duda ese desarrollo perjudicará a los ciudadanos de Arrecife si los políticos no se ponen las pilas. Ya veremos el andar de la alcaldesa. Seremos los primeros en alabarla si realmente comprobamos que está por la labor de sacar el planeamiento urbanístico. Eva puede quedar como la alcaldesa que se atrevió a sacar el Plan de Arrecife o como la alcaldesa de trámite que el Psoe colocó en el sillón por pura casualidad. Cambiar el destino puede ser su encumbramiento.   

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