Salvar a una "leona"
La gran manada de "leonas" del balonmano de Lanzarote se ha propuesto ayudar a una de ellas, que ahora pasa por su peor momento
Julia Aparicio Hernández es, junto con Águeda Batista Cedrés, la lanzaroteña que más lejos ha llegado en el balonmano español. Las dos fueron en su momento jugadoras de la selección absoluta femenina. Téngase en cuenta que ningún hombre del balonmano conejero ha logrado nunca formar parte de la selección absoluta de balonmano.
Pero, como ya dejó escrito, en un capítulo dedicado a ella, su profesor de educación física, Guillermo González Raviña, en su libro "Dongui. Años de dedicación y compromiso con la iniciación deportiva", en su página 86 con el título, "Julia Aparicio y la valla traicionera", circunstancias de la vida no le permitieron llegar más arriba. Un hermoso relato dedicado a esta gran deportista a la que, tal y como señala el propio autor, "las malas compañías le hacen peligrar su estabilidad... Aquí se diluyó la perspectiva de una promesa, que lo tenía todo... Pero queda el recuerdo de su bella estética y de sus acciones rápidas y explosivas que fascinaban a los que la contemplaban".
La "leona" de la que hablamos se llama Julia Aparicio Hernández y tiene 48 años. Se inició en el deporte de la mano de su profesor, Guillermo González, en el colegio. Luego pasó a las filas del San José Obrero, club desde el que accedió a los programas de promesas de la Federación Española de Balonmano. Siendo aún juvenil, fue jugadora del Vifirihati lanzaroteño y del equipo valenciano Amadeo de Tortajada, ambos de División de Honor. Desde los 19 años entró a formar parte del equipo absoluto del balonmano femenino español, vistiendo en 23 ocasiones la camiseta nacional. Hasta poco antes de la celebración de la olimpiada de Barcelona en 1992, formó parte del equipo nacional.
Este pasado miércoles Julia jugó el último partido de esta fase de su vida, en la cancha de la Ciudad Deportiva Lanzarote, donde sus excompañeras se quisieron juntar, antes de ingresar en la Comunidad Terapéutica Zonzamas, para trasmitirle su cariño y sus ánimos. El único objetivo de ese partido era ese, estar todas con Julia.
Metas muy simples
"Dejar las drogas y tener un pase gratuito de la Biblioteca insular y otro de la Ciudad Deportiva". Estos son los deseos de Julia, que reconoce que el tercero de ellos es ayudar a aquellas personas que lo necesitan. "Si podemos parar una pelota en lugar de meternos alguna sustancia negativa en el cuerpo ayudaremos a mucha gente", dice Julia.
Julia Aparicio Hernández (porque no le gusta que se obvie el apellido de su madre) estaba hasta hace unos días en la calle. Entonces, sus excompañeras y su entrenador de balonmano, Lorenzo Lemaur, iniciaron una campaña que pretende ayudar a la que fue gran jugadora de balonmano, para ganarle a la vida su principal partido.
Más 130 personas, del mundo del balonmano, del deporte y otras muy sensibles socialmente, se han querido implicar en este proyecto que consiste en que Julia pueda ser una futura monitora para ayudar al resto de personas que se han encontrado en su misma situación y a la vez salir ella misma de la droga. Una tarea harto difícil pero en la que todos esperan que Julia tenga éxito.
Plan de acompañamiento
Desde el domingo 11 de marzo, sus compañeras, las "leonas" del balonmano de Lanzarote, se han propuesto ayudar a Julia, y establecieron un plan de acompañamiento durante las 24 horas del día. Así, desde esa fecha y hasta el pasado miércoles 4 de abril, Julia se ha estado alojando en Playa Quemada acompañada cada noche por dos o tres "leonas" de la manada. Por las tardes se juntaban más "leonas" para "alegar con ella y compartir abrazos", dicen los promotores de este solidario plan.
Tras el proceso preparatorio, Julia ingresó en la Comunidad Terapéutica Zonzamas este jueves 5 de abril, donde permanecerá durante 9 meses aproximadamente, si todo va bien. Después, si consigue superar esta primera 'prueba de fuego', vendrá lo más difícil, ya que la idea de las "leonas", que se han comprometido a estar con ella en todo este difícil proceso, es hacerle un contrato de seis meses como monitora de un programa a su medida, todo ello bajo la supervisión de la directora del Centro de Atención al Drogrodependiente (CAD) del Cabildo de Lanzarote, con la finalidad de reinsertarla social y laboralmente.
"Hemos diseñado un proyecto en el que contratamos a Julia de monitora para desarrollar un proyecto en el que ella sea referente para personas que están en su misma situación o para chicos jóvenes que conozcan de este modo los riesgos que se corren cuando tonteas con la droga. Ella está muy ilusionada con esta cuestión, y por eso hemos entendido que es clave estar con ella para que luego pueda insertarse en la sociedad de manera normal", ha explicado Lorenzo Lemaur, quien fuera su entrenador en la Escuela de Balonmano San José Obrero y quien la proyectó hacia los programas de detección de talentos de la Federación estatal.
Lemaur añade que "se ha iniciado la campaña de donativos (tiempo y/o dinero) ¡¡¡Cuenta conmigo!!! a la que se ha apuntado un montón de personas, entre ellos el propio presidente de la Federación Española de Balonmano, con la que pretendemos ayudar a Julia en este objetivo". "Hemos conseguido que Óptica Apex le regale las gafas y va a necesitar una dentadura, pero ya estamos en proceso de encargarla", apunta además el entrenador.
Julia Aparicio Hernández ha sido la segunda conejera en lucir la camiseta de la Selección Nacional Absoluta con un total de 23 participaciones y 42 goles en su haber. En los planes de la selección estuvo con el seleccionador Francisco Sánchez desde 1988 hasta casi la Olimpiada de Barcelona en 1992. Pero se cayó del equipo porque entró en el mundo de las drogas.
Julia tiene ahora tiene que marcar el gol más importante de su vida: su total recuperación. El reto es muy difícil pero todos esperamos que sea el intento definitivo de esta gran jugadora de balonmano.