El Cabildo busca salvar el último molino activo en la isla
Se plantea ligar su actividad a la producción de desayunos escolares saludables, gofio ecológico y productos procesados a partir de gofio local para su venta en los CACTs
Lancelot Digital
El Cabildo de Lanzarote se compromete a buscar, junto al resto de administraciones implicadas, un plan de viabilidad para el mantenimiento del último molino de gofio en activo de la isla, propiedad de Don José María Gil y ubicado en San Bartolomé. La propuesta aprobada a instancias de la formación Somos Lanzarote, incluirá también la restauración de sus valores patrimoniales y su puesta en valor como sitio de interés etnográfico.
Entre las opciones que se plantean para dar continuidad al molino se propone la viabilidad de las instalaciones vinculadas a actividades como la producción de desayunos escolares saludables, la producción de gofio ecológico o la elaboración de productos procesados a partir de gofio local para su venta en los centros dependientes de las instituciones, como los Centros de Arte, Cultura y Turismo”.
El Cabildo buscará también la implicación de las áreas de Agricultura de dichas administraciones “para tratar de garantizar que la producción de gofio local se inserte en un sistema más amplio de producción de cereales en el agro lanzaroteño, redundando no sólo en el mantenimiento de este alimento tradicional, sino también en la necesaria ampliación de la cuota de soberanía alimenticia” del territorio insular.
El pleno de la Corporación adoptó este miércoles por unanimidad estos acuerdos a raíz de una moción presentada por Somos Lanzarote en la que lamenta “la pérdida que supone para la pequeña industria local” el cierre el pasado mes de julio del Molino de Don José María Gil, destaca su “reconocido valor arquitectónico” al estar catalogado como Bien de Interés Cultural, y alerta de que “el desuso de este tipo de instalaciones suele devenir en falta de mantenimiento y deterioro”.
En la moción se realza además al gofio como “alimento de gran valor nutricional” y “elemento de enorme interés cultural e histórico para la sociedad canaria”. Por todo ello se considera oportuno “la implicación de las diferentes administraciones con competencia en la materia, con el doble objetivo de garantizar la permanencia de una pequeña industria local de gofio y, a su vez, la recuperación de modos alimenticios saludables, que asuman el consumo de esta harina tradicional y garanticen su viabilidad en el futuro”.