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Las Lentejas también besan...

Santiago Negrín

 

En las lentejas de mamá cabe de todo. Y entonces Pedro Sánchez besó a Begoña y las lentejas confirieron más sabor a un país sin beso de lentejas. De repente un fogonazo de pasión inflamó a las lentejas, que decidieron bailar la conga por aquello de ser más unidas a las lentejas de Raquel o como el bolero de Ravel, que siempre sueñan bien y además besan mejor...

 

 

Las lentejas, aunque más caras por la inflación, también besan, y los ricos también lloran, porque este año pagarán mas a Hacienda. Las lentejas besan y además ejercen ciertos efectos flatulentos de los que mejor no hablar a esta hora, a no ser que me pongan delante algunos elementos malandros de dudosa reputación, que van por la vida de empresarios de postín y deben más dinero que Cataluña. Pero ese es otro potaje...

 

En Canarias necesitamos muchas lentejas, y tantas otras cosas, porque mientras otros se lo pasaban pipa en los momentos de crisis, aquí nos apretábamos el cinturón de las lentejas, siendo (y somos...), la Comunidad menos endeudada de España. ¿Eso no se merece un buen plato económico y de ayudas de lentejas? Yo creo que sí. A otros los ponía yo a pan y cebolla...

 

Las lentejas, plato de pobres, me dijo una vez un amigo mío, besan, y cuando besan, como la española, siempre besa de verdad. Gracias Lenteja por estar ahí, por dejar que mis manos se escurran por el paquete de tu espalda y por no dejar pasar hambre a muchas familias que no llegan a fin de mes. A ver si algunos políticos se comen las lentejas allá por la Plaza mayor en Madrid, donde se cotizan a precio de oro...

 

No es vida de rico, pero con unas buenas lentejas se pasa bien rico. Quiero que me beses con lentejas y me acurruques como un pajarito reflejo de tu alma. Que nadie se entere lo que nos contamos. Las lentejas, fuente de hierro, que es lo que necesita este país, le darán fuerzas a Pedro Sánchez, estoy seguro, y besaremos mucho. Porque es verdad que necesitamos más amor a tiro de beso, y no de lentejas...

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